jueves, 7 de junio de 2012

Cuarto capítulo :D

Bueno, hoy será un poco más corto porque tengo exámenes. Pero el próximo será más largo, lo prometo :3



Por eso salí de la prueba un poco deprimida.
-       ¿Qué te pasa? – me preguntó Tor.
-       Pues que todos sois buenos en algo y yo lo único que hago es atrasaros en las puntuaciones.
-       Eso no es cierto, hasta ahora hemos visto que los idiomas se le dan mucho mejor a Tor, y los deportes a mí. Pero estoy completamente segura de que mañana habrá una prueba que se te dé muy bien a ti – intentó convencerme Maya, y vaya si lo consiguió, me hizo sonreír y todo.
Así, con todo esto volví a casa muy contenta. Tenía unos amigos estupendos y además mañana sería la última prueba, y dentro de tres días nos dirán quienes vamos. Tenía muchísimas ganas.
Dormí poco esa noche pensando en la siguiente prueba. Y al día siguiente cuando llegamos a la prueba final temblaba de los nervios al pensar que está se me daría bien a mí.
Fui a la prueba muy emocionada, y me puse el traje al revés de lo nerviosa que estaba, me lo volví a poner bien mientras Maya y Tor se reían a más no poder.
Cuando salimos y vi que nos encontrábamos en una sala blanca, como la de la primera prueba pero sin mesas ni sillas.
-       Es una prueba de simulación – nos explico Cadmio -. Os pondrán peligros que podéis correr estando ahí fuera y deberéis superarlos.
-       ¿Cuánto dura esta prueba? – preguntó Maya
-       Depende, puede durar desde cinco minutos hasta cinco horas. Depende de cómo os desenvolváis y de cómo os vea el jurado.
Dicho esto se fue y nos dejo solos en la sala blanca. Por supuesto yo volvía a estar deprimida, porque sabía que eso no se me daría nada bien.
Al instante todo cambio y resultó que estábamos en una casa, en un salón concretamente. Con un sofá de cuero beis y unas cortinas amarillas con puntos rojos roídas por los lados. Los tres nos miramos y nos sentamos en el sofá a la vez, esperando que ocurriera algo. Pero nada ocurrió, pasaron unos minutos y nada pasaba, solo se oía el tic-tac del reloj de pared.
Un rato después, cuando Maya y yo nos estábamos quedando dormidas una encima de la otra, se oyó el ruido de una puerta. Tor se levanto silenciosamente mientras Maya y yo nos poníamos alerta.